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(Casi) Cualquiera podría opositar

¿Qué necesitas para opositar?

Muchas veces se suele subestimar el proceso de opositar y todo lo que implica prepararse una oposición. Se requiere de mucho esfuerzo, determinación y motivación constante para no rendirse por el camino y aprobar tu examen (y cómo no, un poco de suerte también te ayudará). 

Te adelantamos que si no eres capaz de tener la suficiente disciplina para aguantar el sacrificio que requiere opositar, entonces conseguir tu plaza va ser muy complicado. Pero si te enfocas en tu objetivo con determinación: sí, cualquiera podría opositar. 

Tu también puedes opositar 

Más allá de los requisitos básicos que necesitas para opositar (nacionalidad española, mayoría de edad, capacidad funcional y libre de expedientes disciplinarios), hay pocas barreras que impidan a una persona convertirse en funcionario/a. En este interesante artículo respondemos a si tienes antecedentes penales puedes opositar.

Tanto si eres joven como adulto, tanto si trabajas como si no trabajas, tanto si tienes hijos como si no… Las posibilidades de aprobar encajan en todas estas opciones. 

Obviamente, hay que ser realistas y aceptar que si acabas de finalizar una carrera con tu hábito de estudio intacto, sin trabajo y sin cargas familiares, tendrás más disponibilidad horaria para superar este proceso más pronto que tarde. Sin embargo, ya son muchas las personas que se sacan una oposición a los 50 años, trabajando y con hijos. 

La edad ya no importa

Por suerte, el perfil del opositor ha evolucionado mucho y actualmente está mucho más diversificado. Podemos encontrar jóvenes recién titulados que buscan opositar ante las malas condiciones que les brinda el mercado laboral como adultos que han sufrido consecuencias de crisis anteriores y buscan estabilidad laboral y financiera.  

La constancia, tu mejor amiga

Tanto los jóvenes como los adultos, necesitan de constancia para aprobar una oposición. Como decíamos, está claro que si eres joven y conservas el hábito de estudio, resultará más fácil, pero esté hábito y constancia, se puede crear/recuperar cuando sea. 

Antes de entrenarla, primero deberías asimilar que estudiar una oposición no es estudiar un examen del instituto o de la universidad, la metodología es completamente distinta. Deberías pensar en opositar como un trabajo en sí: misma dedicación y mismo compromiso. 

Así que, si estás planteando opositar, pero dudas por tu edad o por creer que no tienes el tiempo suficiente, te lo volvemos a recordar: ¡cualquiera puede opositar! La constancia es un músculo y siempre se puede entrenar. 

Pequeños consejos

Ahora, teniendo esto claro, ¿qué te ayudará a iniciarte en este proceso y entrenar tu constancia?

  • Una buena planificación. Si no sabes a qué hora tienes que ponerte a estudiar, es mucho más complicado que lo hagas, ¡siempre surge algo nuevo con que distraerse! Hazte una agenda con objetivos realistas e intenta ser lo más inflexible posible con ella. ¡Cúmplela!
  • Lenguaje positivo. Esto es una carrera de fondo, así que no te desanimes si un día no te rinde lo que querías o un simulacro de examen no te sale como pensabas. Y lo más importante, ¡olvídate del auto-sabotaje! Deja atrás expresiones como “no puedo”, “esto no es para mi” o “no lo voy a conseguir”. Las palabras tienen mucho impacto en nosotros, y tenemos que hacer el esfuerzo de no usar este lenguaje negativo con nosotros y aprender a asimilar con frialdad un pequeño tropiezo en el camino. ¡Tu resultado a largo plazo no se verá afectado por una tarde poco productiva!
  • Apoyos. Refúgiate en tu familia y amigos cuando lo necesites. Habla con ellos y comparte tanto tus “alegrías” como “tristezas” durante los días de estudio.
  • Recuerda que cada uno tiene sus tiempos y sus métodos. Evita caer en las (odiosas) comparaciones que flaco favor hacen. Cada opositor/a cuenta con unos factores y condiciones diferentes, no hay comparación que valga.
  • No olvides por qué opositas. Ya sea por vocación de desempeñar una función pública, por estabilidad laboral, financiera, por conciliación, por horario… ¡Sea lo que sea no lo olvides! Apúntalas en un post-it y déjalas en el escritorio que estudies para dar sentido a tus horas de sacrificio. 

Si has llegado hasta aquí, esperamos haberte convencido de que cualquiera puede opositar y recuerda que siempre puedes contar con el Método GoKoan para iniciarte y ¡superar este reto! 

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